Social generation

Leo una noticia que me lleva a escribir esta nueva entrada. Los de Volkswagen, que están siendo noticia por su concepto thefuntheory (las acciones, con una sonrisa, se hacen de forma más agradable), lanzan una nueva idea: realizan un concurso para que podamos personalizar el nuevo Polo (no os asustéis, que a mí no me va a tocar nadie :). Puedes cambiar los colores, colocar el motor que tú quieras, vinilos, texturas, asientos… Y el más votado, ganará exactamente el coche que ha creado. Para que te voten, tienes que mover tu diseño entre colegas, conocidos, seguidores de Facebook, etc. Y para eso, Volkswagen ha puesto en marcha una serie de aplicaciones. En palabras de la misma Volkswagen:»se trata de proponer una experiencia más divertida y cercana al perfil de cliente de este nuevo lanzamiento, que es más joven y dinámico que nunca».

Desde el punto de vista del marketing, la idea es de nota. Es perfecta. Producto joven para público joven donde están los jóvenes y con el lenguaje de los jóvenes pero sin estridencias. Además, el spot (parodia de «Grease») es un guiño para los no tan jóvenes.

Pero lo que más me ha gustado de la estrategia es la «segunda intención» que tiene Volkswagen con esta acción: ¿cuáles son los gustos de los chavales? Con este concurso, la empresa alemana busca conocer de primera mano los colores, la potencia, las prestaciones o las texturas que prefiere la juventud. Los que participen en el concurso lo hacen con las tripas. Con autenticidad. Y sin un estudio de mercado en el que no sabes hasta qué punto las contestaciones son 100% fiables. La idea es perfecta pero tiene un problema: la ejecución. Me he pasado 10 minutos para crear mi Polo y he tenido que cerrar la página porque no me ha dejado hacer nada. A si que señores de Volkswagen. Las ideas tienen que tener una fácil ejecución. Si no, nadie va a poder decirles cómo quiere su coche.

Hace poco me decían que Nike perdía dinero con la opción de la personalización de sus zapatillas en su tienda on line, pero que le servía como un generador de tendencias para conocer colores y estilos que gustan en las personas. Pierden por un lado pero ganan muchísimo más por otro al ahorrarse otro tipo de costes.